Aquí te dejamos algunos tips para que te conviertas en experto en el mercado de la vainilla.
La calidad de las vainas se reconoce a través de dos características principales. La primera y más importante es el aroma: mientras más aroma, mejor calidad. La otra característica es la humedad, que se comprueba cuando las vainas se sienten ligeramente aceitosas al tacto. También se pueden colocar unas vainas sobre otras para verificar que no se peguen; con esto se demuestra que las vainas han sido beneficiadas adecuadamente.
Cuando las vainas están secas y se quiebran con facilidad en las manos, significa que han perdido su humedad, o que el proceso para beneficiarlas no fue adecuado; se trata de vainas de baja calidad y de las cuales no se obtendrán los mejores resultados. Sin embargo, una vaina de vainilla nunca se desperdicia, aun estando seca, si tiene aroma, se puede trocear y usar como picadura.
Otras dos características indicadoras de la calidad de las vainas son la longitud y el color o aspecto, aunque son cualidades de menor importancia que el aroma y la humedad, para la clasificación de calidad de las vainas sí se toman muy en cuenta. Así es que según la longitud, aspecto, humedad y aroma, existen en el mercado calidades definidas de la vainilla en vaina.
Hay otras calidades de vainilla que son de menor valor:
Mediana: empieza a perder la flexibilidad y ya no predomina el color oscuro; su textura ya no es suave como la de las anteriores y el aroma es menor.
Ordinaria: ya no es flexible, tiene rayas longitudinales más claras y se siente reseca al tacto; su aroma se ha perdido de manera notable.
Zacatillo: por lo general no se vende como vaina, sino que se convierte en picadura al final del beneficio; es la clase de vainilla deforme, pequeña, delgada y rajada que se acumula en el beneficio; sin embargo, por su madurez en el corte, también es susceptible de ser clasificada para obtener picaduras de calidad superior, buena o mediana.
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